Aponiente no solo es un restaurante; es una experiencia en la que cada plato cuenta una historia del océano, un homenaje a la biodiversidad y los misterios de los fondos marinos. León ha logrado que sus comensales prueben el sabor del mar en su forma más pura, abriendo nuevas perspectivas sobre lo que se puede cocinar y comer del océano. Su pasión y compromiso con la sostenibilidad se refleja en cada detalle, desde la elección de los ingredientes hasta el diseño de menús innovadores que buscan cambiar nuestra relación.
Desde Javier Tros y el Club Español de Alta gastronomía hemos estado en innumerables ocasiones en este templo de la cocina de productos del Mar. Cada año, el último día del servicio con el que cierran el año los chefs camareros y personal realizan una fiesta homenaje donde bailan y cantan y es un deleite de los sentidos verles finalizar su temporada de trabajo.
La experiencia cuando hemos estado en Cádiz para comer en Aponiente ha sido siempre maravillosa, lo menos impactante fue el comer en uno de los mejores restaurantes y más curiosos que he comido en mi vida que ya eso amortiza el viaje, pero si le añades la espectacular visita previa al estero, ver como cultivan el cereal del mar, que pesquen algo con las redes y te lo comas media hora después; es una experiencia realmente única que le recomiendo a todo el mundo.